¿Si desteto por la noche mi bebé dormirá mejor?”
Es una pregunta que escucho muchísimo, y mi respuesta es clara: ¡depende!Pero, lo que sí te puedo decir es que,...
Madre,
Aunque a veces te culpes y te empequeñezcas,
no olvides que tú eres la importante,
el resto, que se trabaje lo suyo.
Libérate.
Por no encajarlo como esperaban.
Por no ser la heredera de un “todo poderoso” que no existe,
recuerda que aquí, la poderosa eres tú.
Abrázate.
A tu cuerpo aunque a veces no obedezca tus órdenes,
a la naturaleza por ser tan incierta,
a la ciencia por falta de explicaciones
—o a menudo, por exceso de ellas—,
a tu círculo por no saber poner las palabras exactas.
No te alecciones
ni dejes que nadie lo haga.
Madre, reconócete.
Quizá no has parido como habías soñado
o no amamantarás como deseabas.
Pero observa cómo maternarás sin límites,
rompiendo los moldes con tu manera única.
Ámate.
con la intensidad sobrehumana con la que te ama tu bebé,
porque lo que estás haciendo es sublime,
porque le estás compartiendo tu alma
y le has ofrecido tu in aeternum
sin condiciones ni condicionantes.
Atrévete,
Porque no huir de la mirada penetrante de tu bebé
es de las cosas más potentes y valientes que te pasarán en la vida.
Confía.
Porque pase lo que pase,
el amor incondicional es y será,
la mirada pura,
la caricia limpia,
el abrazo infinito,
de madre a hija/o,
de hijo/a a madre.
Madre, rebélate.
Aunque sea a ratos,
olvídate de las normas,
de los libros,
de los estudios científicos,
de las recomendaciones de organismos mundiales.
Cierra los ojos.
Resetea.
Y materna con tu propio saber aunque te cueste encontrarlo.
Hasta el infinito.
O hasta donde tú desees llegar.
Que nadie te diga quién eres
ni quién debes ser.
Todo empieza ahora,
todo sigue desde ti.
Artículos que no te dicen cómo ser madre perfecta, sino que te acompañan a ser madre humana.
Historias, experiencias reales, y recursos que te sostienen.
Porque cuando entiendes lo que pasa, dejas de sentir que todo te pasa por encima.
No necesitas que te digan “todo pasa”. Necesitas que te sostengan mientras pasa.
Nuestros acompañamientos no son para enseñarte a ser una madre perfecta. Son para escucharte, ayudarte a entender lo que estás viviendo y darte herramientas reales para hacerlo más llevadero.
Estás criando una vida. Mereces que también cuiden de la tuya.